Andamos preparando en Gaudia Música un acontecimiento para este verano en Guriezo y nos parece oportuno dedicar antes una entrada a una representación musical española declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. Estamos hablando del Misterio de Elche.
El Misterio de Elche es un drama sacro-lírico religioso que recrea la Dormición, Asunción y Coronación de la Virgen María. Dividida en dos actos o jornadas, la obra se escenifica cada 14 y 15 de agosto en el interior de la Basílica de Santa María, en la ciudad de Elche (Alicante).
El Misterio de Elche es un drama sacro-lírico religioso que recrea la Dormición, Asunción y Coronación de la Virgen María. Dividida en dos actos o jornadas, la obra se escenifica cada 14 y 15 de agosto en el interior de la Basílica de Santa María, en la ciudad de Elche (Alicante).
El Misterio de Elche, es un tesoro cultural del pueblo de Elche y una de las joyas más preciadas del patrimonio valenciano, como prueban su declaración como Monumento Nacional el año 1931, y su inclusión, en el año 2001, en la primera Proclamación de las Obras Maestras del Patrimonio Oral e Inmaterial de la Humanidad por la UNESCO.
Investigaciones recientes sitúan el origen de dicha obra en torno a la segunda mitad del siglo XV, contradiciendo así a las tradiciones locales, que la relacionan, por una parte, con la conquista del Elche musulmán (1265) y, por otra, con el hallazgo de la imagen de la Virgen, dentro de un arca de madera, el 29 de diciembre de 1370, en la cercana localidad costera de Santa Pola.
Se trata de la única obra en su género que ha sido representada sin interrupción hasta la actualidad, superando incluso el impedimento que supuso la prohibición de representar obras teatrales en el interior de las iglesias por parte del Concilio de Trento. Fue el Papa Urbano VIII quien, en 1632, concedió al pueblo de Elche, a través de un rescripto pontificio, el permiso para continuar con dicha representación, contra el intento de prohibición del obispo de Orihuela.
Todos y cada uno de los personajes son representados por varones, tratando de respetar así el origen litúrgico-medieval de la misma, que vetaba expresamente la aparición de mujeres en este tipo de representaciones. El texto del Misteri, a excepción de algunos versos en latín, está escrito en valenciano antiguo. La música es una amalgama de estilos de diferentes épocas que incluyen motivos del Medievo, del Barroco y del Renacimiento.
En la primera jornada del Misterio, la Vespra, la Virgen María y su cortejo, formado por María Salomé y María Iacobe y algunos ángeles (personajes representados por niños ya que el origen litúrgico de la obra impide la participación femenina) entra por la entrada principal de la basílica y asciende por el andador (rampa que se inicia en la puerta mayor del templo y comunica con el escenario o cadafal levantado en el crucero).
Desde la cúpula de la iglesia, que para las representaciones del Misterio se cubre con una lona pintada que simula el cielo, desciende un ángel en el interior de un aparato denominado Mangrana. Este ángel (también un niño) anuncia a María su cercana muerte y le entrega una palma dorada para que sea portada en su sepelio.
Siguiendo los deseos de la Virgen entran en el templo los apóstoles (salvo Santo Tomás) dispuestos a asistirla en sus últimos instantes. Tras la muerte de María, el niño que la representa será sustituido por la imagen de la Virgen de la Asunción, patrona de Elche. Y un nuevo aparato aéreo, ocupado por tres adultos y dos niños figurando ángeles, desciende lentamente para recoger el alma de la Virgen, que está representada por una pequeña imagen. Con la llegada de este coro llamado Araceli al cielo concluye el primer acto de la representación.
La segunda jornada de la obra, la Festa, se inicia con los momentos previos al sepelio de María. Los preparativos son interrumpidos por un grupo de judíos que quiere impedir el entierro. Tras una pequeña lucha con los apóstoles, uno de los hebreos intenta tocar el cuerpo de la Virgen y queda paralizado. Ante el prodigio, los judíos se convierten y manifiestan su fe en la maternidad divina de María. Bautizados por San Pedro con la palma dorada bajada del cielo, recuperan milagrosamente la movilidad. Los judíos se unen a los apóstoles en el entierro de la Madre de Dios, que se convierte en una solemne procesión sobre el escenario. Finalmente la imagen de la Virgen será depositada en un foso existente en el centro del cadafal que representa su sepultura.
En ese momento el Araceli desciende de nuevo para unir el alma de María a su cuerpo y llevarla a los cielos resucitada. La asunción de la Virgen es interrumpida por el apóstol Santo Tomás que le pide disculpas por su tardanza puesto que estaba predicando en la India lejana. Abierto de nuevo el cielo, hace su aparición otro aparato aéreo ocupado por la Santísima Trinidad. Entonces el Padre Eterno deposita sobre las sienes de la Virgen una corona imperial. María ha sido coronada como Reina de la creación. Y el canto emocionante del Gloria Patri, junto con los aplausos de los numerosos espectadores, pone final al Misterio de Elche.
La Música
La faceta artística más notable del Misterio de Elche, es la musical. El drama ilicitano es totalmente cantado y contiene melodías que, según la opinión de los expertos, proceden de diversas épocas: hay cantos de clara ascendencia medieval, existe un interesante apartado renacentista e incluso se detectan adornos y añadidos de la época barroca y aún posteriores. Sin embargo, su unidad musical es extraordinaria como se ha puesto de manifiesto en los diferentes estudios e investigaciones realizadas al respecto.
Los cantos del Misterio pueden clasificarse, grosso modo, en monódicos y polifónicos. Concretamente, de las veintiseis piezas musicales que recogen los consuetas históricos de 1709 y 1722 -sin contar el salmo In exitu Israel d'Egipto, que se repite en tres ocasiones durante el segundo acto-, diez son monódicas y dieciseis polifónicas, aunque en ambos casos existen repeticiones de melodías con diferentes textos literarios.
Algunos de los cantos monódicos -más abundantes en el primer acto de la obra- presentan claras influencias del gregoriano medieval. De hecho, uno de los cantos de la Virgen María ha de realizarse al tono del Vexilla Regis, himno compuesto en el siglo VI en honor de un fragmento de la Vera cruz de Jesucristo. Igualmente se han detectado puntos de contacto entre algunos cantos de San Juan y de San Pedro y el himno gregoriano Victimae paschali laudes. Esta técnica de adaptar textos literarios nuevos a músicas preexistentes, tanto religiosas como profanas -conocida como contrafactum-, era muy común en las antiguas representaciones teatrales ya que de este modo los espectadores, familiarizados con las melodías originales, se identificaban rápidamente con la especificación. En otros casos, la abundantísima ornamentación melismática del canto, acumulada con el paso de los siglos, impide la clara identificación de su versión original. El ejemplo más notable se encuentra en la melodía del ángel de la nube o "granada".
También se han hallado en algunos de los cantos polifónicos del Misterio puntos de concordancia con villancicos y otras canciones recopiladas en el Cancionero Musical de Palacio, lo cual indica que en la reforma musical renacentista del drama ilicitano del siglo XVI, además de piezas originales compuestas al efecto, también se incorporaron contrafacta de melodías ya conocidas.
Gracias a unas anotaciones existentes en el consueta de 1639, conocemos el nombre de tres de los compositores que tuvieron parte activa en la mencionada reforma polifónica. Se trata de un tal Ribera que, con ciertas prevenciones, se ha identificado con Antonio de Ribera, cantor de la capilla pontificia de Roma entre 1513 y 1523. Otros estudiosos, sin embargo, se inclinan a favor de un Ribera, que fue tenor de la capilla imperial de Maximiliano II de Austria entre 1566 y 1567.
Otro de los autores conocidos de la polifonía de la Festa es el canónigo Pérez, identificado por los expertos como Ginés Pérez (1548-1600), maestro de capilla de la catedral de Valencia, canónigo de la de Orihuela.
Por último, se menciona a Lluís Vich, organista de la iglesia de Santa María de Elche y primer maestro conocido de su capilla musical (entre 1562 y 1594).
También tuvo relación con la música de la Festa el maestro de la capilla real de Madrid, Juan Bautista Comes (1582?-1643) quien, según el consueta de 1625, compuso una pieza para sustituir la que cantaba la Santísima Trinidad. Esta pieza no llegó a incorporarse a la representación y aunque el mencionado libreto reproduce los versos del canto, no se conserva su partitura.
Actualmente, los cantos del Misterio -con la salvedad del Araceli, que se acompaña de guitarra y arpa- son interpretados a cappella. Conocemos también la antigua intervención de un instrumento de viento -generalmente un fagot- que acompañó algunos motetes de la obra, supliendo la voz del bajo, hasta el primer tercio de nuestro siglo. Y, por otro lado, hay constancia documental de la existencia de una importante capilla de instrumentistas y cantores en la iglesia de Santa María de Elche que alcanzó su máximo esplendor en el siglo XVIII. Entre tales músicos, cuya presencia en el Misterio resumen los consuetas con el genérico término de los "ministriles", sin aportar más datos ni partituras, se hallaban tañedores de chirimía, corneta, flauta, oboe, sacabuche, trompa, violín, arpa, etc., así como cantores profesionales que, en ocasiones, eran contratados en otras ciudades. Esta capilla musical profesional desapareció en 1835 y con el fin de asegurar la continuidad de la representación del Misterio, cantores aficionados de la población -donde ha existido y existe una significativa preocupación por el canto coral- la tomaron a su cargo.
En la actualidad son los miembros de la Capilla del Misterio de Elche -unos sesenta adultos y unos treinta niños- quienes interpretan el drama asuncionista. Y aunque salvo muy contadas excepciones ninguno de ellos es profesional del canto, la conjunción de voces alcanzada y el buen hacer de tales cantores queda patente en las escenificaciones anuales y en los conciertos que suelen ofrecer de manera extraordinaria.
Os dejamos ahora con una de las más famosas escenas del Misterio, el descenso del araceli o recélica
La Escolania tuvo la oportunidad en 2002 de participar en los actos de la festividad del Misterio de Elche durante el intercambio que se realizó con la coral ilicitana "Cardenal Herrera". Además durante este intercambio se ofreció otro concierto en la Iglesia El Salvador de Elche. Pero esto ya es harina de otro costal y se tocará este tema cuando lleguemos en la serie "Nuestros 25 años".
Aquí dejamos esta entrada. Dentro de pocos días anunciaremos ese evento que andamos preparando en Gaudia Musica.
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Información proveniente de la página del Patronat del Misteri d´Elx
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