El personaje que hoy os presentamos en la serie de entradas "Compositores ilustres" fue un músico que contribuyó de manera significativa a la cultura musical del Renacimiento y representa una de las grandes figuras en la historia de la música. Se trata del gran compositor italiano Giovanni Pierluigi da Palestrina.
Giovanni es el representante por antonomasia da la Escuela Romana de composición musical del siglo XVI, que junto al español Tomás Luis de Victoria, el inglés William Byrd y el flamenco Orlando di Lasso, marcan la culminación del estilo polifónico en Europa. Su música, prácticamente toda ella de carácter sacro y a cappella, sin acompañamiento instrumental de ningún tipo, se distingue por su belleza desnuda, su profunda y serena espiritualidad y su severidad constructiva. No fue un autor innovador como su contemporáneo Lasso, sino más bien un tradicionalista que, a partir de los procedimientos y las técnicas usados antes que él, llevó a su culminación más perfecta y ortodoxa un arte que tenía sus raíces en la Edad Media.
Giovanni nació en 1525 en un pequeño pueblo italiano cercano a Roma llamado Palestrina del cual tomo su nombre. En 1537, a los doce años, era ya miembro del coro de la basílica romana de Santa María la Mayor, donde tuvo la oportunidad de familiarizarse con la obra de compositores de la escuela franco-flamenca como Josquin Desprez y Jean Mouton.. Posteriormente, dados los progresos en su formación, fue nombrado organista en la catedral de su ciudad natal, Palestrina. Allí permaneció hasta que el obispo de Palestrina accedió al trono papal con el nombre de Julio III, y le nombró maestro del coro de la Cappella Giulia del Vaticano. Al año siguiente publicó su primer libro de misas, dedicado a su protector.
Basílica de San Juan de Letrán |
Esta situación duró hasta que en 1555 un nuevo papa, Paulo IV, lo destituyó de su cargo, según algunos por juzgar inapropiada su condición de casado, según otros por haber escrito madrigales, piezas de carácter profano. Palestrina fue entonces nombrado sucesor de Orlando di Lasso como maestro de capilla de San Juan de Letrán, donde en 1560 escribió sus Lamentaciones. Pasó con el mismo cargo a Santa María la Mayor en 1561, y en 1563 publicó su primer libro de motetes.
Palestrina se mostró siempre insatisfecho con las reformas de la liturgia sacra dictadas por el concilio de Trento, las cuales convirtieron en no canónicas a algunas de sus misas y otras obras tempranas, salpicadas de interposiciones profanas ajenas al texto oficial. Por este motivo dimitió de su cargo para pasar al servicio del cardenal Hipólito II de Este, que mantenía su propia capilla. Finalmente volvió a la dirección de la Cappella Giulia, donde terminó sus días en el cargo creado para él de "Compositor de la Capilla Papal".
Concilio de Trento |
Por otra parte, Palestrina es visto como el autor más representativo de obras polifónicas ajustadas a las nuevas exigencias de la Contrarreforma. Existe una leyenda de atribución incierta según la cual Palestrina salvó a la música polifónica, y a la música en general, del peligro de prohibición que pesaba sobre ella por parte de las autoridades eclesiásticas. En plena Contrarreforma, cuando muchas composiciones sacras no eran sino un pretexto para que los compositores levantaran los más complejos edificios contrapuntísticos con el consiguiente descuido de la comprensión de las palabras de los textos cantados, este compositor, con su Misa del papa Marcelo, devolvió a la música toda su pureza y todo su sentido. Sus obras de esos años destacan por la claridad lograda, dejando la melodía en manos de la voz superior y ajustando con precisión el ritmo del discurso. Con razón, se considera con admiración la belleza lograda por Palestrina.
Palestrina fue un compositor prolífico en el que cantidad y calidad no están reñidas. Su catálogo integra 104 Misas, más de 70 están compuestas sobre el cantus firmus de melodías gregorianas. Quizás la mejor de ellas sea la Missa Papae Marcelli en la cual realiza una síntesis del estilo de sus predecesores y contemporáneos. De sus motetes son célebres, además de los Improperia, los 29 motetes sobre el texto del Cantar de los Cantares de Salomón.
Esperemos que os haya gustado esta entrada de la serie de compositores ilustres y ya sabéis, en menos de un mes un nuevo compositor del Renacimiento.
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