8 de febrero de 2013

San Vicente de la Maza (II)


Seguimos con la historia de San Vicente de la Maza; iglesia que tantos conciertos de Gaudia Musica ha albergado y que otras tantas veces nos ha hecho sufrir con su gélida temperatura de invierno. Tras la primera entrada en la que explicábamos las características generales de la Iglesia de San Vicente de la Maza es el turno del magnifico retablo mayor.


El retablo mayor es uno de los mejores retablos barrocos de Cantabria e incluso del Norte de España por su hechura y majestuosidad. De forma poligonal, se adapta a la cabecera de la iglesia y destaca por la gran calidad en su escultura y policromía. Aunque se considera un retablo más bien Barroco, presenta una distribución renacentista, así como algunos elementos propios de este movimiento. Esto se debe a que fue construido en dos veces. La primera de ellas comienza en 1614 y llegaría hasta el segundo piso más la imagen del calvario.

No sería hasta cien años más tarde (1734), cuando se acabaría de completar el retablo. En esta segunda vez, se acabaría el cascarón y las tallas de la inmaculada y S. Juan que rodean al calvario. Por tanto se deben diferenciar muy bien estas dos partes.

La primera parte que hemos señalado, fue diseñada por García de Arredondo, vecino de Limpias en donde fundó una escuela de esculturas, dorados, etcétera. Está considerado uno de los mejores escultores cántabros de todos los tiempos y sus figuras dan fe de ello, considerando las de este retablo como su obra maestra. Tras su muerte en 1619, le sucedería su yerno Diego de Lombera que completaría esta primera parte, si bien la calidad de las esculturas se reduce considerablemente.

La segunda parte fue realizada por el arquitecto de Gabriel de la Cueva y el escultor Tomás de Gargollo. Su mayor logro es sin duda, haber sabido combinar el estilo barroco que se llevaba a cabo en su época con la otra mitad del retablo de estilo herreriano que Arredondo y Lombera habían dejado un siglo antes.

En el zócalo más inferior se representa la Pasión de Cristo en pequeños murales intercalados con algunos santos apóstoles: la oración en el huerto, el arresto, el juicio ante Caifás, el lavatorio de Pilatos, la última cena y camino del monte Calvario cargando la Cruz. Evidentemente, no están en orden.





















Sobre este zócalo estaría el primer piso con dos calles en las que se encuentra S. Pedro con las llaves y S. Pablo con la espada hacia abajo. Entre estos, el tabernáculo, de 1789, fechas en las que se acabó de dorar el retablo. Sobre el sagrario una talla pequeña de la Asunción pero tal vez la de mayor valor artístico de toda la iglesia.




En los relieves se representa la vida de S. Vicente. En el primero de ellos, la predicación. Según la leyenda-historia, dice que el obispo Valero era mudo, así que s. Vicente, que era un excelente orador, se encargaba de su predicación. Durante las duras persecuciones de cristianos que se llevaba a cabo en aquella época el emperador romano Diocleciano prende en Valencia el obispo Valero y a san Vicente y los condena  a destierro al obispo Valero y a condena a muerte a s. Vicente. Según la leyenda san Vicente sufre fuertes torturas, le queman vivo, le crucificaron, le echan al mar, pero aún así no consiguen matarle. Finalmente consiguieron matarle en el 304 y echaron su cuerpo a las fieras para que lo devoraran, pero un cuervo defendió el cuerpo de s. Vicente, por ello siempre se representa a s. Vicente con un cuervo.




Sobre los relieves de san Vicente encontramos un segundo zócalo en el que se distribuyen los apóstoles, fundadores de distintas órdenes y demás Padres de la Iglesia, entre los distintos momentos de la vida de Jesucristo como la huida de Egipto, el bautismo, la adoración de los Reyes Magos etcétera.  Es curiosa la representación de Santiago Peregrino postrado ante la Virgen pero hay que tener en cuenta que el camino de Santiago en el ramal del litoral pasaba por Guriezo, con lo que esta iglesia era paso obligado de peregrinos. Además muchos de los personajes en este segundo zócalo llevan el típico sombrero de peregrino.













Ya en el segundo piso, se abren tres calles. En la del medio, de rojo y con el cuervo, S. Vicente. A su derecha s. Juan vestido con pieles de camello por su predicación en el desierto y representado, como es usual, con un cordero y con la bandera de Cristo Resucitado. Al otro lado Santiago. En los relieves aparecen representados la Anunciación, el Nacimiento, la Epifanía y la presentación en el templo.








En el tercer piso se representa un calvario con la ciudad de Jerusalén al fondo y la Inmaculada y Juan a los pies de la cruz como es típico. Finalmente llega el cascarón y arriba del todo, presenciando la creación, Dios Padre eterno. Cabe añadir que en 1640 hubo peligro de ruina al romperse la bóveda bajo la que se asentaba el retablo.


Este magnífico retablo costó 37.204 reales, comparable en cuanto a precio y majestuosidad con los grandes retablos castellanos. Signo de la bonanza económica en Guriezo por su intensa actividad agrícola, comercial e industrial debido a las ferrerías.



Bueno hasta aquí esta segunda entra de la majestuosa Iglesia de San Vicente. Queda una tercera que versará del pórtico y la sacristía y que será publicada en breve.


¡Feliz fin de semana!

No hay comentarios:

Publicar un comentario