Fernando de Magallanes

Como anunciamos hace algunas semana, este año y los próximos Gaudia Música va a trabajar en un proyecto musical titulado "Música en tiempos de F. Magallanes y J. S. Elcano". Este proyecto se basa en la gesta de la circunnavegación del globo terráqueo desarrollada por Magallanes y Elcano y que en este 2019 se conmemora el 500 aniversario.

Por ello hemos querido presentar en el blog una serie de entradas sobre tan importante acontecimiento que ilustre un poco esta gran aventura. Empezamos la serie sobre "Magallanes y Elcano" con una rápida biografía del militar y navegante de origen portugués Fernando de Magallanes.

Fernando de Magallanes (Fernão de Magalhães) nació probablemente en Oporto o en Sabrosa un pequeño pueblo del norte de Portugal en la primavera de 1480.

Su primer viaje lo realizó con veinticinco años, al alistarse en la Armada de la India, en la flota de 22 navíos enviados para instalar a Francisco de Almeida como primer virrey de la India. Permaneció en Oriente unos ocho años, durante los cuales participó en numerosas acciones. En 1509 partió en la primera expedición a Malaca mandada Diogo Lopes de Sequeira, junto con Francisco Serrão, su amigo y posiblemente primo.​ Llegados a Malaca en septiembre, fueron víctimas de una conspiración y la expedición terminó en fuga dejando atrás diecinueve prisioneros. Magallanes tuvo un papel crucial avisando a Sequeira y salvando a Serrão que había desembarcado, actos que le valieron honores y una promoción.

Francisco Serrão

Al servicio del nuevo gobernador, Afonso de Albuquerque, participó junto con Serrão en la conquista de Malaca en 1511. Después de la conquista de la ciudad, los caminos de los amigos se separaron: Magallanes, promovido, con un rico botín y en compañía de un esclavo adquirido en Sumatra, Enrique de Malaca, regresó a Europa. Serrão partió en la primera expedición enviada a las «islas de la especiería», las Molucas. Allí permaneció y se casó con una mujer de Amboina, volviéndose consejero militar del sultán de Ternate. Sus cartas a Magallanes serían decisivas, pues de ellas obtuvo informaciones sobre la situación de los lugares productores de especias.

Mapa de Juan de la Cosa

Una vez en Occidente Magallanes participó en la batalla de Azamor (Marruecos), ciudad portuguesa en el norte de África asediada por los moros. Recibió una herida en la pierna que lo llevó a cojear toda su vida. De nuevo las noticias de él se vuelven confusas. Unas versiones señalan que fue acusado de comercializar ilícitamente con los moros, mientras que otras indican que inició acciones legales por considerarse maltratado en el reparto del botín tras la batalla. En cualquiera de los casos, Magallanes perdió el favor de la corte. De regreso en Lisboa, se dedicó a estudiar las cartas más recientes, investigando junto al cosmógrafo Rui Faleiro un pasaje hacia el Pacífico por el Atlántico Sur y la posibilidad de que las Molucas estuviesen en la zona española definida en el Tratado de Tordesillas.

Cosmógrafo Rui Faleiro

Esta pérdida de confianza de su Rey sería la que le llevó a ofrecer sus servicios a un monarca extranjero, más concretamente al rey de Castilla. En 1516 fue a Sevilla con Rui Faleiro y encontró en Juan de Aranda, el factor de la Casa de Contratación sevillana, un aliado importante para el proyecto que había concebido: dar a España la posibilidad de llegar a las Molucas por occidente, sin atravesar mares reservados a los portugueses por el Tratado de Tordesillas y, además de eso, según Faleiro, probar que las «islas de la especiería» se encontraban en el hemisferio castellano. Con la influencia de Juan Rodríguez de Fonseca, obispo de Burgos, consiguieron la aprobación del rey Carlos I.

El 22 de marzo de 1518 Carlos I nombra almirantes a Magallanes y Faleiro para que partan a la búsqueda de las «islas de la especiería», y en julio los eleva al grado de comendadores de la Orden de Santiago y les otorga un conjunto de privilegios.

Avanzado 1518 Magallanes regresó a Sevilla, adonde muy pronto arribaron las cinco embarcaciones de la armada con las que realizaría el viaje (Trinidad, San Antonio, Concepción, Victoria y Santiago), todas ellas procedentes de astilleros vizcaínos. La gran cantidad de sustento que se necesitaba para más de doscientos hombres que formaban la tripulación, hizo que fuese necesario la participación del mercader Cristóbal de Haro que aportó el capital que faltaba al invertido por la Corona.

Sevilla en 1588

Este tiempo no estuvo exento de incidentes. Los portuguesas intentaban evitar a toda costa la puesta a punto de tal empresa y seguían tratando de impedirla con todos los medios a su alcance. Los esfuerzos portugueses provocaron que la relación de Magallanes y Faleiro se tensara hasta tal punto que el el cosmógrafo fue apartado por orden del rey. Se arguyeron serios problemas de salud que aquejaban a Faleiro siendo sustituido por Juan de Cartagena.

Después de romper con Faleiro, Magallanes continuó aparejando las naves que habrían de partir de Sevilla. La tripulación se componía de marinos de muy distintos orígenes, con un importante número de portugueses y vascos. Entre los primeros, alrededor de cuarenta, se contaban Álvaro de Mezquita, primo hermano de Magallanes, Duarte Barbosa, primo de la esposa de Magallanes, Juan Serrano, primo o hermano de Francisco Serrão y Esteban Gómez. Acompañaba también a Magallanes su esclavo Enrique de Malaca.

El 10 de agosto de 1519 partió de Sevilla y puso rumbo al oeste una expedición de cinco barcos y doscientos treinta y nueve hombres capitaneados por Fernando Magallanes. Ese día se inició una de las más trepidantes aventuras de la Historia, la travesía de descubrimiento más extensa de la humanidad, un viaje desde tierra firme hacia la inmensidad del océano.

Hasta aquí los primeros trazos de la biografía de Magallanes y los comienzos de esta gran aventura que fue la circunnavegación del globo terráqueo. Dentro de poco publicaremos una nueva entrada sobre esta magnífico viaje. Os dejamos con una obra que está incluida en el proyecto "Música en tiempos de F. Magallanes y J. S. Elcano"se trata de Aestimatus sum.