Continuamos con al serie de entradas sobre la historia de la primera vuelta al mundo. Con hoy damos por concluida esta serie con la llegada de nuestros marineros a Sanlúcar y Sevilla consiguiendo acabar con éxito la primera vuelta al mundo.
En estos días se conmemoran los 500 años de esta aventura con actos diversos en estas ciudades y en el resto de España. Actos en los que Gaudia Música ha tenido la oportunidad y el honor de participar.
En la entrada anterior hemos dejado a nuestros héroes escapando de Cabo Verde tras ser descubiertos por los portugueses. En tierra se quedaron retenidos 13 marineros que bajaron a por avituallas pero que fueron descubiertos y apresados. Por suerte la nao leva anclas y consigue escapar. Un Elcano con solo 17 marineros y 3 nativos de Molucas escapa de Cabo Verde hacia la península.
Cabría esperar que antes de llegar a la península pasasen por las islas Canarias pero recordemos que navegaban a vela y los vientos predominantes en la islas Canarias son los alisos en dirección sur, contrarios a la trayectoria de Elcano. Es por ello que deben dar una vuelta hasta las Azores y desde allí alcanzar la península. A pesar que el archipiélago de las Islas Azores es portugués en realidad no supone ningún peligro puesto que era la ruta normal para la vuelta desde América para los barcos españoles. El viento les ayuda y hacen a gran velocidad esta travesía sin cruzarse con ningún barco.
Al fin el 6 de septiembre de 1522, entran al puerto de Sanlúcar de Barrameda. Los sanluqueños ven llegar una nave escorada, parcialmente desarbolada, y de la que asoman 18 escuálidos hombres "flacos como jamás hombres estuvieron" (Elcano) que les dicen ser los supervivientes de la armada de Magallanes, y que vuelven de haber dado la vuelta al mundo cargados de especias. Les acompañaban al menos tres indios de las Islas Molucas, de los 13 que habían embarcado en Tidore nueve meses atrás.
La ciudad se presta a atenderlos. Con varias embarcaciones les ayudan a entrar al Guadalquivir y, aunque es de suponer que allí no les faltó de nada, nos consta incluso cuál fue la comida que se ocupó de pagar la Casa de Contratación en este primer momento: 12 arrobas de vino, 75 hogazas de pan y roscas, un cuarto de vaca y melones. La llegada a Sanlúcar nos la cuenta Pigafetta:
Gracias a la Providencia, el sábado 6 de septiembre entramos en la bahía de San Lúcar. Desde que habíamos partido hasta que regresamos recorrimos más de catorce mil cuatrocientas sesenta leguas y dimos la vuelta al mundo entero, yendo siempre de este a oeste.
Ya han dado la vuelta al mundo pero, orgullosos de su gesta, quieren continuar hasta Sevilla, de donde partieron tres años y veintiocho días atrás. Todavía en Sanlúcar, Elcano escribe orgulloso una carta a Carlos V para dar aviso de su regreso, en la que describe brevemente lo sucedido, y resalta de entre todos sus logros el que considera más importante: haber dado la vuelta al mundo.
Entran al puerto de Sevilla fundiendo en salvas la pólvora que les quedaba. Nuestros héroes tienen presente una promesa hecha a la Virgen durante una tempestad que casi termina con ellos cuando viajaban a Timor, y piden cirios. Así, desembarcan uno a uno en procesión, descalzos y con cirios en la mano, hasta la iglesia de Nuestra Señora de la Victoria, en Triana, para dar gracias a la Virgen. Traen un preciado cargamento de 27 toneladas de clavo, una increíble fortuna para la época.
El Emperador demostró quedar fascinado con esta noticia, contestando a Elcano de inmediato por carta, para darle "infinitas gracias" y solicitarle que acudiera personalmente a verle "...y porque yo me quiero informar de vos muy particularmente del viaje que habéis hecho y de lo en él sucedido, os mando que luego que ésta veáis, toméis dos personas de las que han venido con vos, las más cuerdas y de mejor razón, y os partáis y vengáis con ellos donde yo estuviere" ordenando a los oficiales de la Casa de Contratación de Sevilla que se ocuparan de todo. Elcano eligió como acompañantes al piloto Francisco Albo, y al barbero -o médico- Hernando de Bustamante, además de a los indios moluqueños "que deseaban ver al Emperador y estos reinos".
No cabe mayor heroicidad, capacidad de sacrificio y audacia. El viaje de Magallanes y Elcano cambió no solamente el mundo sino también la manera de entenderlo. Su viaje tuvo una enorme repercusión a nivel político, social, religioso, económico, comercial, científico, cultural…
No hay comentarios:
Publicar un comentario