Regresamos con una nueva entrada de compositores ilustres, en esta ocasión, con uno de los mejores músicos del periodo barroco y de la historia de la música: Georg Friedrich Häendel. Su música desprende una elegancia y una lucidez inusitadas hasta el momento y que caracterizan el halo de su ingenio y de su gran prolijidad. El propio Beethoven diría de él siglos más tarde que «Händel es el compositor más grande que ha existido jamás, me descubro ante él y me arrodillaría ante su tumba.» Fue gran viajero, empresario, abogado, músico y compositor.
Nació en Halle (en el centro de Alemania) en 1685, apenas un mes antes de que lo hiciera J. S. Bach, a quien por desgracia nunca conocería. Comienza a estudiar música a escondidas de su padre (barbero y cirujano de prestigio), quien pretendía que estudiara derecho. Tras comprobar las dotes de su hijo en la música, decidió impulsar su carrera pagándole los estudios musicales. A los 17 años fue nombrado organista de la catedral Calvinista. Un año más tarde se traslada a Hamburgo en donde trabajaría en el teatro de ópera de dicha ciudad desarrollando su habilidad con el violín y el clave. Häendel comienza a componer y estrenar algunas de sus óperas en este teatro. Tiempo después viajaría por Italia visitando ciudades tan boyantes culturalmente como Florencia, Nápoles, Roma o Venecia.
Londres hacia 1700 |
Cuatro años más tarde, Häendel regresaría a su Alemania natal pero no tardaría en viajar a Londres, donde su famosa ópera Rinaldo estaba teniendo una gran acogida por el público y la crítica. En 1712 se establece definitivamente en Inglaterra. En 1720 recibe el encargo de crear un teatro real de ópera (Royal Academy of Music) de la cual sería director y la cual le ayudaría a convertirse en uno de los músicos más conocidos de toda Europa dado el prestigio que había obtenido esta institución. En 1727 recibiría la nacionalidad inglesa.
A partir de 1730 la suerte y situación de Häendel mermaría considerablemente debido a la pérdida de interés por parte del público londinense, a diversas cuestiones políticas, luchas entre divos, la bancarrota de su compañía o la presencia de una fuerte competencia. En 1734 abandona su puesto como director de la Royal Academy y pasa a dirigir un nuevo teatro recién construido: el Covent Garden. Häendel dejaría atrás su periodo operístico para dedicarse a componer oratorios y diversa música religiosa.
Jorge I |
Durante todo este tiempo, Häendel mantuvo una importante relación con el rey de Inglaterra, Jorge I, quien apreciaba especialmente su arte. Su música es por excelencia la música de la realeza británica que aún sigue sonando en las ceremonias relevantes como bodas y coronaciones.
En los últimos años de vida, Haëndel tuvo una salud inestable. Sufrió dos infartos y a los sesenta años comenzó a perder la vista. Se sometió a una operación de cataratas pero debido a una complicación durante la misma, sufrió la ceguera absoluta hasta su muerte en 1759. Fue enterrado con todos los honores en la catedral de Westminster junto con otras grandes personalidades británicas.
A lo largo de toda su vida escribiría hasta 612 obras, entre óperas (nada menos que 46), oratorios, cantatas, conciertos (para órgano, orquesta, coros…), siutes para clave, dúos y tríos instrumentales, odas, sinfonías, danzas, marchas, arias sueltas, corales, serenatas, himnos, oberturas, sonatas…
Quizá su obra más famosa sea el oratorio El Mesías, compuesto en 1741. Tras un largo periodo de escasez de producción musical acuciado por su inestable salud, Häendel comenzó a escribir el oratorio. Fue estrenado en Dublín en un acto de caridad y a partir de entonces fue representado y dirigido por él todos los años en la época de Pascua hasta la muerte. El texto del oratorio no estuvo exento de críticas que lo tachaban de blasfemo. Sin embargo, en general, la obra tuvo muy buena aceptación. En la actualidad representa una de las obras paradigmáticas y más extraordinarias de la música clásica. A continuación os dejamos uno de los coros más famosos de este oratorio: “Hallelujah”:
¡Disfrutadlo!
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